Cuando pensamos en colocar los clásicos carteles de inmobiliaria (es decir, los clásicos de “se vende” o de “se alquila”) no se nos pasa por la cabeza que estamos tratando con una estrategia de venta de lo más interesante.
Y es que es muy común ver a personas, tanto familias como a individuos en solitario, que buscan en zonas preferentes algunas casa que están en venta. Estos son los clientes potenciales a los que les puede interesar lo que vendemos, por lo que estos carteles actúan como una señal muy atractiva.
En plena era de las nuevas tecnologías, la gran mayoría de nosotros decidimos dejar a un lado los carteles para inmobiliaria, y tan solo nos centramos en promocionarnos a través de Internet. Sin embargo, la combinación “carteles físicos” con los medios que nos proporciona la red puede ayudarnos a construir una estrategia demoledora.
El hecho de colocar un buen cartel para inmobiliaria, atractivo, definiendo en detalle las características del mismo y añadimos varias fotografías, ayudará a que se generen más visitas en el inmueble y, por lo tanto, aumentarán las posibilidad de que se termine vendiendo o alquilando.
También se considera una poderosa herramienta de difusión. Por ejemplo, vamos a suponer que conocemos a una amiga que está buscando casa en una zona determinada. Pasamos casualmente por delante de una inmobiliaria y encontramos, a través de esos carteles, una casa que puede adaptarse a sus criterios.
Nosotros, a través del “boca a boca”, hemos contribuido a que se venda ese inmueble… y todo ello no habría sido posible sin los carteles de inmobiliaria.
Según los estudios, una propiedad que tenga un cartel en la fachada, o que lo tenga en la fachada de una inmobiliaria, incrementará sus posibilidades de venta, reduciendo el tiempo que necesitaría para ello en condiciones normales.
Sin embargo, esto no garantiza por si mismo que el inmueble se vaya a vender.
Si los carteles para inmobiliaria llevan mucho tiempo puestos, es posible que el inmueble no esté dentro del precio del mercado, teniendo un costo considerado como poco realista. Si el precio es muy elevado no quiere decir que la casa no se vaya a vender, pero tardará más, quemándose el cartel y llegando a un punto en el que a pocos clientes les va a interesar.
La mejor idea es hacer un estudio de mercado para conocer el precio aproximado que le podemos poner; si estamos dentro del mercado, será mucho más probable que se produzca la venta, y se reducirá el tiempo en el que se cerrará el trato.
Si todavía no cuentas con carteles de inmobiliaria, no dudes en apostar por ellos. Son mucho más prácticos de lo que parecen.
